¿Alguna vez ha leído los salmos? La mayoría de las personas solo conoce el famoso salmo 23, es bello ¿no?, una de las cosas que mas me gustan de los salmos es que son cantos del salmista al Padre, en toda situación, ya sea en angustia o en gozo el salmista adoraba a Dios con sus cantos, le escribía pequeñas canciones de amor, de auxilio e incluso de protección y así llego a ser uno de los hijos mas amados por Dios.
En muchas ocasiones cuando nos encontramos en situaciones difíciles, nos olvidamos de tener una relación del Padre, por el contrario, nos dedicamos a «orar» sin cesar, aunque realmente solo le pedimos pero no oramos, no estamos en verdadera comunión con El, no le tratamos como nuestro amigo y consolador, le ponemos miles de nombres y apodos floreados, pensando que entre mas bonito le pongamos, mas pronto atenderá nuestro llamado mas no es así.
Dios amaba a David por que tenia un corazón semejante al de El, así lo escribió en la Biblia y por tal le nombro Rey sobre su pueblo, quiero imaginar que Dios le enseño a cantar en toda situación a David, así como una expresión de intimidad entre ambos.
La cita de hoy es parte de esos salmos y es la recomendación del salmista, que conozcamos los salmos, tienen una aplicación, que le cantemos al Padre, estoy seguro que nuestra alma se serenara, nuestra preocupación cesara y nuestro Padre intervendrá en nuestra situación, así que, no importa si tiene una pena de amor, de dinero o alguna enfermedad, haga como David, tome un disco de alabanzas y cántelo durante su día al Señor, vera como su paz mejorara y como Dios se agrada de usted y su petición será atendida de una manera milagrosa.