Hace unos días conocí a Mario que vino de torreón a la ciudad de Chihuahua, y me llamo mucho la atención la necesidad de Dios que manifestaba, pero de alguna manera solo quería el beneficio mas se resistía a entregar su vida a Dios.
La cita de hoy nos habla sobre el permitirnos ser tocados por Dios para que asi El pueda hacer su obra en nuestras vidas.
Muchas veces oramos en un momento de necesidad e imploramos al Dios de los cielos que nos escuche pero al recibir lo que pedimos, simplemente nos olvidamos de que fue El el que nos bendijo.
Así como dice la cita de hoy, le invito a que cierre sus ojos y le permita a Dios que le toque y verdaderamente entregue su vida a Dios para que El pueda ver la fe que usted puso en El.
Mario entregó su vida a Cristo la pasada semana y su vida esta siendo transformada, ¿cuanto quiere usted esperar para cerrar sus ojos y ser tocado por Dios?