El día de ayer domingo tuve el privilegio de asistir a la Iglesia Bautista Ebenezer en la ciudad de Atlanta en la cual solía predicar Martin Luther King Jr., y no fue la iglesia, ni el lugar, ni lo que representa lo que impactó mi corazón al grado de plasmarlo en un devocional, sino lo que a continuación les relataré…
Las Iglesia Ebenezer es un recinto grande y bastante bien equipado, las personas que asisten a esa iglesia son de un nivel socio-económico alto, mas sin embargo fue su oración la que me conmovió, ellos oran por las personas de color, y no por ser excluyentes sino por que sonaban mas o menos asi:
«Señor Dios de las alturas, sabemos que tus hijos de color arrastramos cadenas desde hace cientos de años y aunque hace años que me levantaste a mi de mi pasado, aún hay muchos allá afuera que no te conocen, que viven en drogas y que tienen una imagen delante del mundo como parte de un pueblo criminal e inmoral, mas sabemos que si has liberado a uno de nosotros, tienes el poder de liberarnos y sanarnos a todos….»
A pesar de su situación económica y socialmente acomodada, las personas de que se congregan en este lugar, no pierden el piso y saben que la salvación y los privilegios de Dios no son solo para ellos sino que faltan muchos por llegar a los pies de Cristo, creo que pase casi 2 horas continuas con lagrimas en mis ojos tan solo de pensar cuanta diferencia había entre ellos y yo y aun cuando diariamente tengo mails de personas que piden mi oración y la oportunidad de orar por muchos, aun hay mas que faltan por ser alcanzados por Dios y que podría estar intercediendo por ellos como estas personas.
El día de hoy le quiero hacer una invitación especial, apunte a las 3 primeras personas que le vengan a la mente que no sean de su familia o de su circulo cercano de amistades, y empecemos a orar solamente para que el favor de Dios este con ellos, hagamoslo desde hoy lunes por una semana diariamente, durante todo el día, a cualquier hora, aun cuando de gracias por sus alimentos, vamos a empezar a habitar juntos y en armonía con nuestros hermanos, bendiciéndoles y amándoles como otros lo hacen y como Cristo lo hizo por nosotros.
Siéntase con la libertad de enviarme su nombre, y los nombres de las personas por las que estará orando, si tiene su correo electrónico, mejor aun, no se preocupe, no les vamos a enviar un correo aun, ni los vamos a incluir en una lista, vamos a esperar que los milagros de Dios se manifiesten.
Sea bendecido en su oración por otros y disfrute el delicioso sabor de vivir en armonía con los que le rodean en Cristo.