Ayer tuve la oportunidad de platicar con un amigo, de manera algo rápida, pero sumamente importante, tanto para el, en lo que sucede en su vida, como para mi en mi aprendizaje de Cristo y de cómo llevarlo a cabo.
Mi amigo pasa por una etapa difícil, las cosas que ha hecho por costumbre le han llevado a tener ciertas actitudes que afectan a los que están a su alrededor, de manera que estos se han ido alejando poco a poco de el, hasta que lo empezó a notar y se preocupo por ello, una de las razones que estas personas dieron para alejarse fue su lejanía de Dios.
De inmediato mi amigo tomo cartas en el asunto, dejo de hacer las cosas que sabe que están mal y le afectan y que sabe que son desagradables ante los ojos de Dios y de los demás, se esforzó tanto como pudo para hacer las cosas bien, pero le sucedieron dos cosas, primero, no obtuvo ninguna satisfacción al hacer esto, y por ende en menos tiempo de lo que se esperaba, ya estaba de nuevo cometiendo actos que le afectan y dejándolo notar.
Por mientras escuchaba lo que me decía mi amigo, no podía mas que pensar en cuantas ocasiones me he encontrado en la misma situación, se muy bien, como usted lo sabe acerca de si mismo, que es lo que esta mal en mi vida, pero la realidad es que lo sabemos mas porque los demás nos lo han dicho, que por estar 100% convencidos de ello, como lo he dicho en ocasiones anteriores, se lo platicamos a Dios, pero no lo llevamos delante de El, es decir no lo involucramos realmente en el proceso de quererlo dejar o de querer cambiar esa actitud, y es sencillo de explicar el porque, primero porque realmente no queremos y segundo porque no sabemos como, no conocemos a Dios lo suficiente como para entender como es que alguien que no vemos puede hacer cosas que vemos y sentimos de manera que se puede hacer 100% tangible en nuestras vidas y además, porque no hemos entendido el efecto de su sangre derramada en la cruz que tiene poder a nuestro favor.
Yo se que en este momento hay muchas personas que esperan que les de la receta mágica y les ayude a resolver las cosas que menciono de tajo, de manera rápida y definitiva, pero no es así, la realidad que la única receta es Cristo, y le puedo platicar como es que he aprendido yo este proceso y es como le digo a muchos, por el puro y sencillo acto de la imitación, es fácil:
En mi recorrido por la biblia, me he fascinado de leer sobre los hombres y mujeres que son grandes en la fe, y al leerlos una y otra vez hasta lograr ponerme en sus zapatos y tratar de entender como es que se sentían, como es que clamaban, como es que amaban a Dios y empecé a hacerlo, es fascinante ver como al igual que David, Dios me ha mostrado su amor y su cuidado, como es que al igual que José Dios me ha puesto en un lugar especial, como al igual que por medio de Elías hace cosas asombrosas por medio de mi, mas sin mi intervención y me maravillo de pensar que Jesús prometió que cosas aun mas grandes que las que hizo El, haré yo en su nombre!.
Si por alguna razón se encuentra en la misma situación en la que se encuentra mi amigo o me he encontrado yo, que se esfuerza por cambiar y mejorar las cosas, pero no ha logrado mas que en su propia carne y no sabe como es que va a involucrar a Dios en ello, no hay mas que buscar en su palabra y empezar a imitar a los hombres de la biblia, es mas fácil y mas fructífero que imitar a los que vemos, ya que en la Biblia vienen descritos los corazones y los pensamientos de quienes Dios uso, así los entendemos mejor, a los que vemos, no sabemos ni lo que piensan, ni lo que sienten y si lo hacen de verdad y honesto.
Como inicio le regalo la cita de hoy y le recuerdo que el Señor es fiel, pero no a usted ni a mi, sino a su palabra, así que mejor confiar en su palabra, ¿no cree?, ya que por medio de ella nos afirmara, es decir nos hará quienes planeo que seamos y nos guardara del mal, es decir no nos alejara de el mal, pero si nos prevendrá de sus efectos, ¿como ve?, ¿listo para empezar hoy?