Esta mañana oraba con un grupo de personas y uno de ellos recordaba el ejemplo que nos da Job de cómo a pesar de su situación difícil, jamás renegó de Dios y jamás flaqueo en su fe, al meditar en ello me preguntaba cual es la diferencia en aceptar y resignarse a la voluntad de Dios, y en la cita de este día encontré la respuesta a ello.
En muchas ocasiones cuando enfrentamos situaciones ajenas a nuestro control, usamos como consuelo la idea de que Dios tiene en su control nuestra vida y que todas las cosas suceden por «algo» que El tiene preparado, mas pocas ocasiones reparamos en realmente entender ese «algo» y sobretodo el capitalizarlo para que seamos bendecidos y evitemos el que nos vuelva a suceder.
Cuando pienso en Job me doy cuenta que ante todo Job sabia y entendía perfectamente cuál era su situación para con Dios (creo que usted y yo muchas veces no lo sabemos con certeza), por lo cual sabía que si era probado seria como el oro (refinado, brillante y de gran valor), y que no importaba cual fuera su situación no tenía que ver con el ya que estaba seguro de caminar en sus caminos (los de Dios).
En los tiempos actuales nos regimos por el conocimiento de muchas cosas, sobre todo del funcionamiento de lo bueno y lo malo (generalizado) y vivimos una vida al límite, en el límite entre lo bueno y lo malo, es decir tratamos de vivir cuanto podemos del lado de lo bueno, pero siempre con los ojos puestos en lo malo, no vaya a ser que nos perdamos algo de ello, o bien cuando la oportunidad se presente podamos aprovechar el darnos una vueltecita por ahí cuando nadie mira.
Job nos enseñaba que una de las cosas que no conocía era el limite, el por el contrario, vivía una vida radical hacia el bien, en donde sabía perfectamente (debido al conocimiento del corazón de Dios) que no había una raíz de maldad en el que generara su aflicción, por lo que podía confiar en Dios que así como vino el tiempo difícil, vendrían de Dios las fuerzas y la entereza para soportarlas y la esperanza de tiempos mejores .
Este día mi invitación es a hacerle reflexionar en 2 cosas, primero en su situación para con Dios, y si no la puede definir, pues la segunda es tomar una biblia para entender que es lo que el Padre espera y tiene deparado para nosotros, sea bendecido para poder ser refinado como el oro más puro delante de Dios.