Me emociona lo que Dios hace cada vez que obedecemos, ¿le ha sucedido?
Ayer tuve una cena de trabajo con una persona que vino desde Ohio y tuve la oportunidad de compartirle de las cosas que Dios ha hecho en mi vida y de cómo El se agrada en bendecirnos y venia a mi mente cada uno de los testimonios de las maravillas que Dios ha hecho, al reflexionar sobre ellas después, me di cuenta que cada una de ellas tenia un común denominador, eran la respuesta a la obediencia de la instrucción que Dios me había dado previamente.
El pasaje de hoy nos habla sobre Elías quien había pasado por una experiencia asombrosa donde Dios había hecho una demostración de su poder y del amor que tenia para con Elías.
Elías recién había hablado al pueblo y le anuncio que no llovería mas, no se como se sienta usted, pero debió haber sido algo difícil y puede retar a la fe de cualquiera el hacer un anuncio de esta índole, mas lo hizo y tras de hacerlo Dios le envío a que se retirara y que le enviaría alimentos por medio de los cuervos.
El que Dios alimentara a Elías no era asombroso, lo asombroso fue que lo hiciera a través de los cuervos ya que eran la confirmación de que solo un Dios Todopoderoso como el que tenemos le había enviado a hacer algo y ahora era el tiempo de demostrar su amor.
Cuando Dios nos habla y nos pide que hagamos algo, se asegura de que le escuchemos, y nos pide que tomemos un tiempo aparte para El, en donde pueda de manera espectacular hablarnos y hacer algo en nuestro corazón, por ello es necesario que de tiempo en tiempo busquemos el aislarnos para Dios, el meditar en lo que hacemos para saber si tiene que ver con su voluntad y recibir su favor como lo hizo Elías.
¿Usted alguna vez ha asistido a algún retiro? ¿Alguna vez se ha alejado usted solo en intimidad para con Dios? Si nunca lo ha hecho se lo recomiendo, ¿Dios ama que separemos tiempo para El, y sabe que?, ¡El también separa tiempo para nosotros! Y si fuera necesario enviaría cuervos a que nos alimentaran, pero lo que siempre hace en definitiva es alimentar nuestra alma y nuestro espíritu de manera que no nos quede duda de que ese alimento viene de Dios, así como Elías no tuvo duda.