Este fin de semana que pasó tuve el privilegio de ser invitado a compartir de la palabra de Dios a una iglesia que amo y de la cual fui parte durante el tiempo que viví en Cancún, ya hacía tiempo el Pastor Lalo me había invitado a hacerlo y por cuestiones de trabajo tuve que viajar a la ciudad lo cual propició todo para que se dieran las cosas.

 Solo unos día antes de llegar a la ciudad el Pastor me llamó y me preguntó si ya Dios me había hablado acerca de lo que compartiría el fin de semana y me pidió que en caso de que no hubiera sido de esa manera, orara para compartir un tema acerca de la oración, ya que la iglesia Mundo de Fé en Cancún se esta preparando en oración para un evento de alcance que lleva a cabo año con año.

 

Le soy honesto, la llamada del Pastor Lalo alivió mi corazón, ya que el hablar sobre la oración es uno de mis temas favoritos y por el otro lado Dios habla de constante a mi vida sobre el tema y esta vez no fue la excepción.

 

Me preocupa de gran manera el saber que muchas personas creen orar, y no lo hacen, otras dicen rezar y realmente no entienden el significado o el alcance de lo que hacen, pareciera que el orar fuera algo místico y oculto al alcance de solo algunos.

 

Orar no es otra cosa mas que ir a la presencia de Dios y hablar con El, pero lamentablemente se nos olvida que nuestra vida en Cristo se trata de El y no de nosotros, por tanto al entenderlo al revés, muchas personas se limitan a agradecer lo que creen que Dios hizo por ellos e hizo en su vida (note el énfasis en la palabra “creen” ya que no están seguras) y a pedir por aquello que creen necesitar o quieren.

 

Hace tiempo escuché una frase que he usado varias veces en estas lineas, y tiene una relación directa con la oración y se la quiero volver a repetir:

 

“Cuando un hombre habla a Dios, le llaman oración, pero cuando Dios habla a un hombre, le llaman esquizofrenia”.

 

Solemos hablar de Dios como si no estuviera presente cuando lo hacemos y oramos a El sin la certeza de que nos escucha y aun menos si responderá de la manera que esperamos, es decir, gran parte de nuestra vida la pasamos con la idea de que “tal vez” Dios nos quiera bendecir o posiblemente está demasiado ocupado con los niños que mueren en Africa como para atendernos.

 

La realidad es que no es que Dios esté ocupado o que nuestra oración no sea importante, gran parte si no es que el 99% de las cosas por las que solemos orar, o mas bien pedir cotidianamente ya están resueltas y tienen una promesa con una condición en la Biblia que la resuelven y déjeme explicarle como es que es eso.

 

Dios nos dio una serie de promesas (mas de 10,000) en la Biblia, para que si nosotros cumplimos ese requisito, no tengamos que preocuparnos de esa cosa y vivamos una vida de Reino, de manera que el tiempo que pasemos en presencia de Dios, lo empleemos en alabarlo y en honrarlo en vez de pedir.

 

2 de los ejemplos que mas me gusta citar al respecto de esto son:

 

Cada vez que usted vea a una persona de avanzada edad (me refiero a mas de 90-95 años), pregúntele acerca de sus padres, se dará cuenta que en todos los casos, tienen historias bellísimas acerca de ellos (de sus padres) y se dará cuenta como es que aun el brillo de sus ojos cambia y se intensifica al hablar de ellos, estas personas viven bajo el efecto de una promesa, Dios nos prometió en Éxodo 20:12, que si honramos a nuestro padre y a nuestra madre, nuestros días serían alargados sobre la tierra, de manera que estas personas viven bajo ese efecto y aunque no conocieran la promesa, esta aplica para todos, pues Dios es fiel a su palabra y lo que promete en ella, en otras palabras, no solo viviremos muchos y largos años, sino por consecuencia seremos sanos, para poder de esa manera llegar a esa edad, el honrar a nuestros padres es una garantía de salud y larga vida.

 

Otro tema muy recurrente en la oración de muchos son las finanzas, hay quienes piden a cada rato a causa de su falta de provisión económica, pero no se dan cuenta que Dios nos dio la garantía de que no batallaremos en ese aspecto de nuestra vida si hacemos como El nos manda, Malaquías 3:10 nos habla de ello y me emociona que Dios está tan seguro de lo que nos dice que aún nos reta y dice “probadme en esto dice Jehová de los ejércitos”.

 

Por tanto, muchas de nuestras oraciones salen sobrando y no es que Dios no las quiera escuchar, sino que ya tienen una solución en la promesa, por tanto que sentido tiene resolverlo de nuevo, no lo cree?.

 

La cita de hoy nos habla de que no recibimos porque no sabemos pedir, primeramente, porque confundimos nuestro tiempo de oración e intimidad con Dios con el tiempo de pedir y segundo porque pedimos como dice la cita para nuestros deleites, es decir, invertimos el tiempo precioso que tenemos en presencia de Dios para pedir y no para pasar tiempo en compañía de Dios y menos aún para escucharlo, casi todo se trata de un monólogo de nuestra parte y no de lo que El pudiera hablar a nosotros.

 

Por tanto esta mañana le quiero invitar a lo siguiente, tome nota y dése cuenta de que antes de pedir y antes de orar tenemos que entender lo que es el Reino de Dios, para lo cual le estaré compartiendo algunas notas en los próximos días y aprenda a invertir adecuadamente su tiempo de oración y a recibir según las promesas que ya lo tiene todo contemplado, le parece?.

 

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Un comentario

  1. En el silencio tambien se ora…
    Habla que tu siervo escucha…

    Dios te bendice!