Existen muchas palabras que entendemos mal y por ello no las aplicamos adecuadamente, y cuando nos las encontramos en la Biblia, nos sacan completamente de onda, pues no entendemos lo que Dios nos quiere decir, pero no es Dios el que usa las palabras mal, sino nosotros que no sabemos lo que significan, ni cómo emplearlas ó aplicarlas adecuadamente.

Humillar es una de esas palabras ó de esos términos que entendemos y aplicamos mal constantemente y nos hemos acostumbrado a ese mal entendimiento del término, pues muchas personas entienden por humillar el sobajar a otra persona y denigrarla, cuando en realidad el término humillar viene del vocablo hebreo “kaná” que significa arrodillarse y someterse, es decir el que se humilla, se entiende bajo la autoridad de otro, es el reconocer la autoridad de otro sobre si y quien humilla a otro solo le impone su autoridad, lo cual en muchos casos es un privilegio, lejos de un agravio, no lo cree?

Es por eso que nos es tan importante entender éste concepto de parte de Dios, pues es algo que nos va a ayudar tremendamente en nuestro caminar con Dios, pues humillarnos a Él, es algo que Él nos pide que hagamos constantemente, para que podamos vivir adecuadamente en y para su Reino.

Es por eso que la cita de hoy es progresiva, nos enseña que para vivir una vida donde el pecado no nos gobierne, primeramente debemos de entendernos como un pueblo y no como individuos, debemos de edificarnos los unos a los otros, orar los unos por los otros y expresar nuestra fe en conjunto, además de esto nos debemos de entender como propiedad y comprados por la sangre de Yeshúa (Jesús) y portadores de su nombre y también nos es necesario humillarnos a Dios, es decir, detenernos en nuestro caminar y reconocer su autoridad en nosotros y esto es en 2 sentidos.

Primeramente (según mi personal opinión, aclaro), es para que dejemos de opinar y tengamos claro que para cada situación en nuestra vida, habrá siempre una cita, una palabra ó una referencia en la palabra de Dios y que es para nuestro mejor entendimiento, de esa manera podremos caminar siempre en justicia (en el cumplimiento de la palabra) y asegurar el oído de Dios, segundamente, al entendernos bajo la autoridad de Dios, también llevamos su autoridad en todo lo que hacemos, así que si hacemos las cosas de parte de Dios, el éxito nos será algo que tengamos siempre asegurado, en toda ocasión.

Humillarse a Dios no es algo que todos puedan hacer, pues no todos conocen a Dios y no todos están dispuestos a hacer la voluntad de Dios, es por eso que nos es necesario nacer de nuevo, es decir, hacernos parte de la familia de Dios y con ello parte de su pueblo, para que los asuntos de Dios nos apliquen como sus hijos y no solo como parte de su creación.

Humillarse es reconocer constantemente a Dios como nuestra autoridad y saber que tenemos un respaldo en todo lo que emprendamos, es como el activar la Biblia para que aplique en nuestras vidas de manera constante y podamos desatar su poder en nosotros, en vez de solo orar al azar, con la esperanza de que Dios haga algo bueno por y en nosotros, no lo cree?

Por tanto, tómese un tiempo, busque y profundice en el significado de Kaná (humillarse) póngalo en práctica y verá que dejar de pecar no es algo difícil, llegará un momento en el que incluso dejará de ser parte de su pensamiento, pues está usted maravillado con las muchas cosas que Dios tiene que decirle y enseñarle acerca de su Reino, no lo cree?

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